La
idea de la instalaciòn es crear en el espectador dos
sensaciones perturbadoras: una muy obvia (consciente) y otra
muy sutil (inconsciente). Esto se producirìa al pasar
el espectador por encima de un cristal transparente y ver bajo
sus pies un espectacular hueco de (x) metros de caìda
libre e iluminado desde el fondo con luz dìa.
La
sensaciòn obvia serà, logicamente, de vèrtigo,
incluso miedo al cruzar por encima; la segunda sensaciòn
quedarà en el subconsciente y perturbarà desde
èste: si la luz procede del fondo del tùnel ¿por
què el final de este es oscuro y no claro, al igual que
en una ventana por donde entra luz?.
Las dos sensaciones tienen en comùn el conseguir su fin
de manera equìvoca: la caìda libre no serìa
tal, sino un sencillo efecto òptico con el que por medio
de un espejo, colocado a 45º, se reflejarìa el interior
de un tùnel horizontal convirtièndolo
en vertical. Y su final oscuro (debiendo ser claro) se conseguirìa
manipulando la iluminaciòn de tal manera que la luz de
los focos salga desde el fondo del tunel pero sin llegar a iluminar
sus ùltimos metros.
La instalaciòn està pensada para obligar
a los espectadores a participar de ella. La estructura cúbica
superior evitarà que se pueda bordear el cristal y asì
tener que pasar por debajo (casi a modo de arco de triunfo)
para poder ver su interior. |